Si estás familiarizado con el pago de impuestos, seguramente habrás oído hablar de la «base imponible», un concepto central en la tributación. Pero ¿conoces la diferencia entre la base imponible general y la del ahorro? En este artículo, te explicaremos qué son estas dos bases imponibles, cuáles son las diferencias entre ellas y cómo afectan tus impuestos.
¿Qué es la base imponible?
Antes de profundizar en la diferencia entre la base imponible general y la del ahorro, es importante entender qué es la base imponible. En términos simples, la base imponible es el monto sobre el que se aplicará el porcentaje de impuestos correspondiente. Es decir, la cantidad de dinero sobre la que tendrás que pagar impuestos.
Para calcular la base imponible, se restan las deducciones y las bonificaciones fiscales de los ingresos anuales. Por lo tanto, cuanto más gastos deducibles tengas, menor será tu base imponible y, por ende, menor será la cantidad de impuestos que tendrás que pagar.
Base imponible general
La base imponible general hace referencia a la cantidad total de ingresos obtenidos (salarios, pensiones, rentas, etc.) durante el año fiscal, sin incluir las ganancias obtenidas a través de inversiones y otros activos financieros.
En otras palabras, la base imponible general se basa en tus ingresos y no en tus inversiones. Este tipo de base imponible se aplica a la mayoría de los ciudadanos españoles, ya que la mayoría de las personas obtienen sus ingresos de fuentes como el trabajo, las pensiones o el alquiler de propiedades.
Es importante señalar que la base imponible general está sujeta a diferentes tipos de deducciones y bonificaciones fiscales, lo que puede reducir significativamente la cantidad de impuestos que se deben pagar.
Base imponible del ahorro
La base imponible del ahorro es el monto obtenido a través de ganancias de capital, dividendos y otros tipos de inversiones financieras. En otras palabras, cualquier ingreso obtenido a través de inversiones y activos.
Es importante saber que la base imponible del ahorro no incluye los ingresos generados por el trabajo. Además, las ganancias obtenidas a través de la venta de una vivienda habitual también están exentas de impuestos en algunas condiciones.
La tarifa impositiva para la base imponible del ahorro es diferente a la base imponible general y puede ser del 19% para ganancias de hasta 6.000 euros, del 21% para entre 6.000 y 50.000 euros o del 23% para más de 50.000 euros.
¿Cómo afectan estas bases imponibles a tus impuestos?
En términos generales, cuanto más alta sea tu base imponible, más impuestos tendrás que pagar. La diferencia entre la base imponible general y la del ahorro radica en que cada una tiene una tarifa impositiva diferente.
Por ejemplo, si tus ingresos anuales provienen exclusivamente del trabajo, solo tendrás que preocuparte por la base imponible general. Si, por otro lado, también recibes ingresos de inversiones y otros activos financieros, deberás tener en cuenta la base imponible del ahorro.
En última instancia, entender las diferencias entre estas dos bases imponibles te permitirá planificar tu estrategia fiscal y tomar decisiones informadas sobre tus inversiones. Además, también te ayudará a minimizar el impacto de los impuestos en tus finanzas personales.
